'La Jornada' está y ha estado en primera línea dando a conocer la realidad política, social, cultural, económica en el terreno interno como en el plano internacional.
La Jornada está y ha estado en primera línea dando a conocer la realidad política, social, cultural, económica en el terreno interno como en el plano internacional.
A medida que se profundizan los cambios sociales, toman una prudente distancia, reconvirtiéndose en “fanáticos” defensores del libre mercado y la meritocracia
El debate se ha centrado en el mensajero, Assange, no en el contenido, y los objetivos elaborados por la CIA, la Casa Blanca y el Pentágono para dominar el mundo.
Resulta asombroso ver en Euskadi, cómo Podemos, cuya emergencia en Euskadi, hacía presagiar una larga vida, acabase perdiendo sus seis escaños en una legislatura.
Construir hospitales, escuelas, proteger la infancia, castigar la violencia de género, favorecer la inversión pública en obras sociales e infraestructura es parte de la democracia.
La verdad histórica pone el acento en la falta de convicciones democráticas de la Unidad Popular y su escasa voluntad de buscar consenso de mayorías sociales.
A un año de su inicio, el balance no puede ser más desolador. Sus instituciones y gobiernos han claudicado, no han sido capaces de forjar una alternativa de paz.
Aquellos que votaron por el ‘apruebo’ para la nueva constitución no es un grupo homogéneo, no todo se inscribe en un proyecto por una democracia participativa.
A diferencia de otros literatos cuya fama los descoloca hasta el extremo de vender su alma, Luis Sepúlveda dejó constancia de sus principios y valores democráticos.
De oficio sociólogo, Pablo González Casanova, encaja perfectamente con el quehacer intelectual descrito por Wright Mills en su obra 'La imaginación sociológica'.